sábado, 1 de noviembre de 2014

El planeta salvaje (crítica)


 
 FICHA
Arte: Cine
Nombre original: A planéte sauvage
Año: 1973
Duración:73 minutos
País: Francia
Director: René Laloux
Guión: René Laloux, Steve Hayes, novela de Stefan Wul
Música: Alain Goraguer
Género: Animación, ciencia ficción, drama psicológico, surrealismo, animación para adultos.
Sinopsis:En el lejano planeta Ygam viven unas criaturas gigantescas llamadas “Draags” que han domesticado a los pequeños "Oms", seres humanos que están siendo exterminados. Pero un Om consigue escapar... 


"-El asesinato de un Draag, es increíble. ¿Serán los Draags tan débiles como para que los hombres puedan matarlos tan fácilmente?" - cita célebre de un Draag que ya ha visto un buien puñado de "deshombrizaciones".

Antes de entrar al trapo con las reflexiones que lleva a cabo la película, diré algo acerca de su música y dibujo, los cuales se combinan a la perfección, creando en su simbiosis un mundo onírico, claustrofóbico, no sólo de otro planeta, sino de otro universo donde las leyes de la física no son las mismas. Un salto hacia otra dimensión.

En este extraño planeta, llamado Ygam por ponerle un nombre, el ser humano no está en la cima, sino en la base de la cadena evolutiva. Estamos ante el relato de lo que pasaría si el hombre pasara de aplastar insectos a ser el insecto aplastado. La escena en la que de repente aparece un "pájaro hormiguero", y absorbe gracias a su larga lengua a los humanos salvajes (Oms); o en la que los Draags juegan a perseguir humanos, plasman esta idea.

Éste es un experimento curioso, una película donde los protagonistas son monstruos enormes de sangre azul y  humanos, pero nos identificamos con los primeros. Cuando domestican al humano, en lugar de sentir pena por él, que a fin de cuentas sólo es el personaje de una película, la sientes por todos esos animales a los que sistemáticamente, y en la vida real, damos el mismo trato.

 Cuando es el momento de la "deshombrización", no empatizas con los clanes de seres humanos que van a ser exterminados, sino que recuerdas todas las veces que nosotros hacemos lo mismo, eliminando todos los animales "inferiores" que nos son molestos.

 La película cambia los roles y gracias a ello, en poco más de una hora, nos hace ver lo que llevaba oculto por los siglos de los siglos. Los humanos de esta película, privados de todo nuestro poder, son irreconocibles: tú, yo, somos Draags en realidad, somos los Draags de la Tierra.

El discurso de la película se basa en cómo unas especies siempre dominarán sobre otras, en ocasiones gracias a la inteligencia, y a pesar de ella. Es decir: que un zorro mate una gallina no es criticable, porque éste no tiene una visión global del mundo, ni la capacidad cognitiva suficiente como para separar el bien del mal. Pero, ¿y el humano? 

¿Acaso no tenemos la inteligencia necesaria para comprender el ecosistema como algo esencial, lleno de riquezas, un tesoro de pura vida, que debe ser conservado? ¿Nos servirá siempre escudarnos en su menor inteligencia para, por hablar de una de las ramas de un maltrato multidiciplinar; torturar y matar miles de animales en los laboratorios (muchas veces incluso monos, que como son más parecidos a nosotros, también más prácticos), con el objetivo de nuevos productos médicos y, lo que es peor, cosméticos? 

Siempre ha habido quien le da más importancia a su apariencia que a la vida de otros seres, todas esas pieles arrancadas de cuajo a sus legítimos propietarios para hacer míseros abrigos que lucir en las fiestas de postín, o caminando por la calle, y así mostrar, de paso, la pertenencia a una clase social "superior".

 Los partidarios del toreo se basan en que es "tradición" para defenderlo, falacia estúpida que significa que si voy a robar a una tienda, es horrible, si lo hacen mis hijos, está mal, pero si continúan mis nietos, o las generaciones que hagan falta, ya sería bueno, porque es "tradición". 

Obviamente la tradición, por ser algo que ha circulado de generación en generación, es algo valioso, pero habrá que tener también juicio, el suficiente para poder juzgar la moralidad de la propia cultura. El esclavismo fue algo tradicional también, y de la cultura griega, que no era primitiva precisamente. Está bien mantener estas cosas, porque confieren una identidad como pueblo, pero quizás sea necesario abandonar alguna de ellas.

Nos escudamos en la mayor inteligencia para defender algo que lo es poco; y si la inteligencia inferior del otro es la validación filosófica del maltrato, los que abusan a los animales deberían ser los siguientes en ser castigados.

Puede que el abuso de unas especies más fuertes sobre otras que lo sean menos sea ley de vida, pero ¿no debería haber un límite de inteligencia a partir del cual esto pase a ser inmoral? 

 El filme lleva esto a sus últimas consecuencias, proporcionando una personal respuesta a la pregunta: los drags son cuasi dioses, meditan y salen de sus cuerpos hacia otro planeta, o transforman el suyo propio, en una de las secuencias más extrañas y bellas de mi particular Historia del Cine; pero, a pesar de todo esto y de su tecnología avanzadísima, siguen negando todo derecho a los seres humanos, porquen somos menos inteligentes.

La película se compone de una sucesión de intentos de aplastar a los humanos, ya desde el inicio de la misma, exactamente como nosotros haríamos con una cucaracha. En algún momento nos perdimos y comenzamos a pensar que las demás especies sólo tienen el valor que nosotros podamos darles, y ahora que nos damos cuenta, ya se han convertido en nuestros juguetes.

Otro aspecto importante sería la indiferencia por la muerte de lo ajeno, a los Draags les importa un bledo que mueran 1, 10, o 100.000 humanos, seguramente a éstos tampoco les importara lo contrario, pese a ambas especies ser "inteligentes".



En mi humilde opinión, la mejor escena de la película es aquella en la que el ser enorme y esperpéntico que muestro arriba atrapa a otro animal de una especie inferior y se lo come. Nada especial, simplemente funciona así la naturaleza. Pero... el bicho en cuestión sonríe. Sonríe con complicidad al espectador. Entonces se observa un paisaje desolador: yacen cientos de especímenes de la "especie inferior" en cuestión, desparramados por el suelo. Y a este ser le hace gracia, y eso es lo que le hace malvado. 

Los lobos, los leones, no son malvados, porque no matan por diversión. Este ser sí. Este ser somos nosotros. Los niños juegan con todos los animales pequeños que se encuentran por el bosque, y los padres les ríen la gracia. Y en el planeta Ygman se juzga esto. No sólo nos maltratan: nos hacen expiar nuestros pecados.

-"Huele a hombre , qué suciedad. Los ediles deberían limpiar por aquí más a menudo. Tener un hombre doméstico no está mal, distrae, pero todos esos hombres salvajes (...) son sucios y se reproducen a una velocidad vertiginosa.
-Hay un niño en el foso. Mira, una verdadera colonia, acabemos con ellos.
NOTA: Cambiar " hombre" por "rata, hámster, roedor".



Música: 8            Animación:9              Historia: 7           Originalidad:9
  
Valoración:9

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