sábado, 22 de octubre de 2016

12 hombres sin piedad (1957)- Críticas de cine



Película
Año: 1957
Duración: 95 minutos
Nombre original: Twelve Angry Men


Película estadounidense basada en una obra de teatro. Como apunte, señalar que nuestro país cerraría el círculo en 1973, cuando Tve graba una representación teatral para la pequeña pantalla. Formidables ambas versiones. Hoy hablaremos de la americana, dirigida por Sidney Lumet, con Henry Fonda como actor principal.

Un drama judicial intenso, entretenido de principio a fin y tan válido como necesario para cualquier tipo de espectador, bajo la producción de la Metro-Goldwyn-Mayer. El asunto tratado, muy sencillo: un joven de suburbios es acusado de matar a su propio padre, y tiene todo en su contra. Tras el juicio, un grupo de doce hombres - jurado popular- es encerrado para deliberar en una sala cerrada con llave. Sólo uno no está seguro de enviarle ya a la silla eléctrica, y quiere pensárselo unos minutos, compartir dudas con sus compañeros. El resto es historia del cine.





A veces, cuando me da por ver una de esas películas palomiteras modernas, tras resistir un cuarto de hora de efectos especiales hechos por ordenador, tengo la sensación que la experiencia sería mejor si hubiesen contado con menos presupuesto. Porque así se derrumbarían ochenta edificios en lugar de doscientos, y los rayos láser no estarían pintados de cinco colores y medio. El exceso por el exceso.

Por otro lado, muchas películas han hecho de la austeridad su principal virtud. Un puñado de actores, una sala, un buen guión. ¿Acaso se necesita más? He aquí el primer triunfo de 12 hombres sin piedad.



Una docena de personajes, cada uno con una personalidad propia, reflejada en sus acciones y palabras, representando los claroscuros de cualquier sociedad humana. Porque no son doce hombres puros, objetivos, perfectos, que con total imparcialidad, incluso clarividencia, puedan juzgar los hechos y adivinar las culpas como si fueran dioses. No, son seres de carne y hueso, tan imperfectos como el que están a punto de enviar a la muerte.

Habrá un choque moral, un remolino de ingenuidades, prejuicios, miedos y pasiones. A todos ellos intentará  convencer el número 8, personaje interpretado por Henry Fonda, símbolo de la racionalidad templada frente a un conjunto tumultuoso de "calimidades" que están seguras de lo que piensan simplemente porque no se han hecho suficientes preguntas.

La ira volcánica de número 3... número 9, ese adorable anciano de mirada aún curiosa y llena de luz; el no saber estar en el mundo del  N7... todos ellos merecen de sobra la visión (y revisión) de este clásico de Hollywood, que no ganó un Oscar estando nominado a tres "y mereciendo cuatro".

En el fondo, una reflexión sobre la cadena perpetua y si estamos preparados para actuar en democracia, para elegir y tomar importantes decisiones nosotros mismos; o simplemente nos queman en el bolsillo las entradas de un partido de fútbol, y miramos mal a quien, en realidad, nunca le hemos dado una oportunidad.

Nota: 9,10

2 comentarios:

  1. Como bien dices, con poco se puede hacer mucho. Vi esta película hace tiempo, y he de decir que me parece increíble que logren construir una trama tan compleja en torno solo a 12 personajes y una sala de reunión.
    He llegado aquí por tu página de facebook, así que me uno para intercambiar opiniones de cine, literatura y demás.
    Saludos,
    Mrs. So

    ResponderEliminar
  2. ¡Bienvenida Mrs. So! Toda aportación se agradece

    ResponderEliminar