martes, 22 de noviembre de 2016

Discografía de My Bloody Valentine, parte 3 (1991: Glider y Tremolo)

Glider EP (1990)


Duración: 18:28

Si la portada es sorprendente, su contenido todavía más. Abre el disco Soon, una canción de baile intimista -sin contradicción alguna-. La coreografía es así: en lugar de moverte tú, cierras los ojos y ladeas tu cabeza mientras el mundo gira alrededor. Una danza inversa al ritmo de bases programables, puesto que el batería, Colm Ó Cíosóig, no pudo estar presente en las grabaciones debido a los graves problemas personales por los que pasaba. 

La percusión, unida a toneladas de feedback, un riff inmenso e inolvidable y voces -casi indescifrables- que parecen sonar del revés conforman una canción única. Luego es el turno de Glider, locura pura recién sacada del Mundo de las Ideas, convertida en tres minutos diez de relampagueos, estertores de muerte, angustias liberadas y abejas asesinas. Se puede hacer más, pero no llegar más lejos. 




Tras este infierno/ éxtasis, según gustos, Don´t Ask Why puede parecer incluso convencional, pero no lo es. La forma de sonar las guitarras -como una dulce marea que sube y baja-, los lamentos de Shields que te transportan a otro lugar. 

Porque eso son las mejores canciones de My Bloody Valentine. Lanzaderas hacia planetas inexplorados, donde esconderse, o mejor aún: curarse, crecer, transformarse, mutar en seres divinos, despojados de nuestras vergüenzas y dolores. Para terminar, Off Your Face, una canción sucia -te salpica- ahora con voz femenina (Bilinda), coronada por esa poderosa escalada final hasta el fin del mundo, de todos los mundos posibles.

Soon: 9,75
Glider: 9,5
Don´t Ask Why: 9,2
Off Your Face: 9,6

NOTA: 9,6

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Tremolo EP (1991)


Duración: 18:46

Trémolo: "sucesión rápida de varias notas iguales con la misma duración". Otra vez cuatro canciones. Se hace más complicado valorar ahora, pues Swallow (aunque de algún modo original por sus toques orientales), y sobre todo Moon Song pueden llegar a parecer descartes que al final terminaron por incluirse; al lado de To Here Knows When y Honey Power. 

¿Cómo no valorarlas con un diez, si son pura belleza; y además únicas? Dejar de hacerlo sería revolcarme por el barro, preferir lo mundano y zafio a lo más cerca que un ser humano puede estar de lo paranormal escuchando un disco que ni siquiera llega a la duración estándar. Para qué más tiempo, si en To Here Knows When caben nubes de algodón de azúcar, corazones inflamados, y yo que sé, entes de otros universos intentando llegar a este por los surcos que abren en el aire los riffs enajenados de Kevin Shields. Por decir algo. Y para terminar, una extensa coda que no describiré con palabras porque ninguna puede atraparla. 

En realidad, cualquier intento de describir la época sublime de My Bloody Valentine es totalmente vano: sólo se puede explicar escuchando, sintiendo. Con unos auriculares y la luz apagada, a poder ser. Y qué decir de  Honey Power, ese feliz encuentro entre el shoegazing y el hardcore que desemboca en (...). 

Shields confiesa aterrado que nunca se podrá acercar a los sonidos que escucha en su cabeza, pero la mayoría de los mortales no podríamos rozar un  murmullo así ni en nuestros más lejanos, drogados sueños.



To Here Knows When: 10
Swallow: 9
Honey Power: 9,85
Moon Song: 8

NOTA: 9,55

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