martes, 28 de febrero de 2017

Gay Talese: El silencio del héroe


Libro
Autor: Gay Talese
Tema: Periodismo Deportivo; reportajes
350 páginas

Talese detesta ese adjetivo "Nuevo" coronando la etiqueta del Nuevo Periodismo, (cuya gestación y liderazgo le han sido atribuidos a él y un selecto grupo), debido a que se basaron en la tradición.

Una tradición literaria, por supuesto. Nos referimos a la obra de autores como Irwin Shaw o Fitzgerald. La forma que utiliza Gay Talese para narrar; intensa, con pasión por la anécdota y lo oculto, ya se practicaba antes en la no-ficción y existían muchos grandes escritores con este estilo. El mérito del reportero del traje es haber encontrado un nicho competitivo en la utilización de estas técnicas dentro del periodismo, donde primaba la dictadura de las 5W (qué, quién, dónde, cuándo, por qué). Su forma de narrar, buscando sombras, era y todavía es tan distinta de las convenciones formales del periodismo directo que a menudo la impresión de que sus relatos son invenciones suyas, como cuando narra en primera persona los pensamientos de un boxeador que ha recibido un K.O. Pero esos párrafos estaban basados en entrevistas y un trato cercano con la fuente, hasta que le cuenta "cosas que no revelaría a su propia familia".

En El silencio del héroe, uno de sus libros más clásicos, Talese se aleja de la ansiedad por lo noticioso, ese hablar del  ahora y lo "más importante", a favor de gigantes torpes aguardando bajo el aro de la canasta y púgiles retirados que han recibido demasiados golpes como para emitir más que balbuceos. En palabras de Michael Rosenwald, el reportero “evitaba encargos que pudiesen acabar en primera página, donde sabía que la noticia era más importante que el relato.”  Recogió en el volumen que comentamos hoy algunas de sus mejores crónicas, reportajes y relatos variados; centrados sobre todo en los deportes típicamente "americanos": boxeo, béisbol, golf...

Demuestra que el que fue un día protagonista siempre lo será (Floyd Patterson), y que cualquiera puede serlo, en caso contrario, la culpa está en el periodista por no saber encontrar el enfoque adecuado: todos somos relevantes de alguna manera, pues como humanos limitados, como puentes hacia sueños, reflejamos impulsos y anhelos universales.

 El anciano periodista de Nueva Yersey le dedica textos al reflejo de entidades abstractas, como la brutalidad (Una tarde en el campo de fútbol); o a profesionales olvidados, sin los cuales el deporte no sería lo mismo: el dentista que fabrica protectores dentales para los boxeadores, el cronometrador, un agente publicitario,los caddies en el golf : "genios ocultos como Leggy Ahearn, que sabía con qué palos Walter Hagen daba sus mejores golpes cuando tenía resaca y cuando no."

Talese busca lo memorable, el elemento trascendente, siempre y en todo lugar. Es el caso de N.Y.U. gana a pesar del frío gélido. El desapego por parte de los espectadores (sólo acuden dieciocho hinchas, y marchan antes de que termine el partido), haría abandonar a cualquier reportero; pero él consigue, a partir de esta nefasta situación de partida, construir la base para su relato: la falta de pasión por el béisbol, el frío, la chica que acude porque está saliendo con el tercera base, el tío de un chaval que ni siquiera llegó a jugar. Lo más pequeño adquiere relevancia frente a las plumas de este autor.

En cuanto al estilo, nunca esconde su fascinación por la frase larga, con subordinadas; así como un tono jovial. Nunca sabes muy bien si habla realmente en serio o no: “Billy Ray (…) era tan duro que cuando los guantes de boxeo se popularizaron, allá por la década de 1980, se retiró. Aquel deporte se estaba ablandando demasiado. Ahora ya va por los noventa y cuatro años. Todos aquellos a quienes atizó han muerto. Billy Ray es el último de los púgiles sin guantes.” Aquí demuestra otra vez más, en este párrafo, su capacidad para encontrar lo memorable e importante (de ello, se supone, trata el periodismo), incluso en las “peores condiciones”, sin depender de los resultados del partido de este fin de semana. 

El perfil del mencionado Billy Ray es  un gran ejemplo de cómo sacar una buena entrevista incluso de alguien que apenas habla. Dando prioridad a la historia por encima de todo, Talese no se da por vencido: reproduce sus balbuceos y los justifica describiendo profusamente el salvajismo de sus días en la lucha.




 Su uso de la ironía a veces es muy fino, en otras ocasiones, parece reírse a carcajadas de sus retratados, nunca mejor dicho. Son obras maestras “El rey de las halteras: más músculo que cerebro” o “De viaje, a ninguna parte, con los Yankees”: “aunque no van a ninguna parte en la liga americana, los Yankees viajan en primera clase”.

También hay espacio para reflexiones profundas, acerca de la forma de tratar los conflictos en el periodismo (Raza, reporteros y responsabilidad) ; o el extraño estudio sociológico “El doctor Birdwhistell y los deportistas”; que recorrió "kilómetros y kilómetros de toallas sucias" para llegar a conclusiones como“un padre autoritario, una madre demasiado cariñosa y un hijo retraído componen la estructura de familia que acaba produciendo un deportista” “los grupos étnicos que llevan guión; por ejemplo, las clases más pobres entre los polaco-americanos, italo-americanos, irlandés-americanos, sueco-americanos, pasaban hambre y se sentían frustrados con un sistema social que les era hostil, así que producían antropoides furiosos con propensión al contacto físico y a aporrear cabezas”.

En un ejercicio igualitario, Talese humaniza a los mitos y mitifica a los humanos, es decir, los perdedores, que somos mayoría; ese Lenny Randle corriendo por la banda mientras entrevistan al héroe del partido, preparan el autobús y limpian el campo. Todos se han ido y nadie puede verle, apenas a quienes han pagado para recoger las pipas entre los asientos.

En general, realizó acercamientos en profundidad a sus personajes, pero en grado extremo con el boxeador Floyd Patterson, de quien publicó treinta y siete artículos, y en El silencio del héroe se presentan un puñado de ellos; mostrando al alma sensible que había detrás de los puños de hormigón armado: “es muy fácil herir mis sentimientos. Puedes darme un puñetazo, y me quedaré igual. Pero tus palabras pueden llegar a afectarme muchísimo”.

Floyd nos explica cómo, en medio de un combate, cuando te dan un golpe y sientes un dolor indescriptible en palabras, tienes que sonreír para que no te acribillen. Reconoce sus salidas por la trampilla, con barba postiza, en un intento vano por eludir la vergüenza de su fracaso.  “Cuando ganas, todo es fácil. Cuando se conoce a alguien de verdad es en la derrota”. Talese nos muestra un extenso relato del día a día del boxeador, con el lugar de entrenamiento como centro de gravedad en su vida; pero no se olvida del lado humano, la familia, sus niños correteando alrededor del viejo ring. En un ejercicio de simetría literaria, el gran reportaje "El perdedor" comienza y termina con mapaches y otros animales rebuscando en su basura.

“Un hombre receloso en el rincón del campeón”, sobre el mánager de Floyd, D´Amato, y sus múltiples excentricidades, es un soberbio ejemplo de literatura en mayúsculas: “la última vez que lo vieron, tuvieron que ayudarlo a ir al vestuario, donde lo esperaban unos inspectores de Hacienda para rematarlo”; “evita llevar una vida de famoso y hacer nuevos amigos porque, afirma (Floyd), ambas cosas desaparecerán cuando pierda el título, y no quiere echarlos de menos”.

En el enternecedor trabajo "Joe Louis: el rey en la mediana edad"Joe es un hombre mayor que mira la televisión, juega al golf, ha desperdiciado varios matrimonios e intenta sin conseguirlo flirtear con mujeres más jóvenes. Su antigua esposa recuerda el último combate de la gran bestia que fue de joven (quizás, incluso el propio Joe lo había olvidado ya), ante la atenta e incómoda mirada de su marido, que sufre cómo ella revive con pasión al joven enérgico que le enamoró. El paso del tiempo no ha dinamitado esa imagen que ahora recuerda su gran televisor.

Talese refleja con suavidad y cariño lo imposible de dar marcha atrás al tiempo, en detalles definitivos como Dimaggio envidiando las espaldas de cuatro jóvenes cualesquiera. Se preocupa también por la jugadora de la selección china de fútbol que falló un penalti decisivo. La mirada de Talese es un balón de oxígeno para el deporte: normalmente, cuando un deportista envejece, todos se olvidan de él, y encumbran al siguiente, en un proceso ininterrumpido que va dejando a unos y otros en la cuneta. Mientras, él escribe sobre el repartidor de aguas, el policía que cortó el tráfico, los albañiles pintando las verjas del estadio.

“El arquitecto de los campos de golf” comienza: “El avance del ser humano se ve acosado diariamente por multitud de pequeños obstáculos: los semáforos que se ponen rojos en el último momento, la rubia sensual que al final dice no (…) casi todos los obstáculos de la vida, tanto reales como imaginarios, surgen de miles de fuentes diversas, excepto en el golf, donde gran parte de los obstáculos los crea un solo individuo: un hombre menudo y bastante omnipresente llamado Robert Trent Jones”. Una vez ha captado así nuestra atención, nos empieza a contar su historia, la de uno de los más importantes constructores de hoyos de golf de EEUU.

Y, finalmente, Ali en la Habana, donde describe sin reparos la enfermedad y mudismo del campeón, las pifias verbales de Castro y los trucos de magia que le emocionaron. El silencio del héroe es una obra completa de periodismo lento, profundo, expansivo; una mirada distinta al deporte y a la vida más allá de él; porque no existen compartimentos estancos y quien hoy chuta y corre ayer leyó, sufrió por amor o frió un huevo mientras su hijos le agarraban por las perneras del pantalón.

La triple lección de Talese: enfoque, enfoque, enfoque.


Otros libros y obras comentadas



Fotografía de Gay Talese extraída de Photopin, créditos:

j-No <a href="http://www.flickr.com/photos/45638810@N00/23733743126">Gay Talese "Frank Sinatra Has A Cold" talk & book signing - Gagosian Store</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/">(license)</a>

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