sábado, 5 de agosto de 2017

Alan Moore: La broma asesina



Cómic
Título: La broma asesina (The Killing Joke)
Autores: Alan Moore (guión), Brian Bolland (dibujo)
Número de páginas: 46
Año: 1988

Está muy de moda criticar a los prejuicios. Se he extendido la idea de que son malos. Esto, según yo lo veo, es un prejuicio sobre los prejuicios, cuando son herramientas inevitables para poder explicarnos a nosotros mismos y a los demás la realidad tan compleja en la que nos tocó vivir. Y luego los habrá acertados y desacertados, positivos y negativos, por supuesto.

Que sí, que la definición de la RAE es "juzgar una cosa o a una persona antes del tiempo oportuno, o sin tener de ellas cabal conocimiento", es decir, opinar sobre algo antes de contar con la información suficiente. Partiendo de esta base, todo prejuicio sería un grave error. La cuestión es, ¿cuándo tienes información suficiente sobre cualquier cosa? 

Siempre hay que efectuar un salto de fe. Incluso la ciencia de la estadística está sometida a los márgenes de error, precisamente se basa en no analizar el todo (imposible) sino una muestra reducida y lo más representativa posible.

En otras palabras, ¿cuántas canciones de Justin Bieber tienes que escuchar para concluir que es un músico comercial de nula relevancia artística? ¿Basta con que analices sus públicos, las críticas de los discos que ha sacado al mercado, los artistas con los que se relaciona, su forma de actuar? ¿Estás obligado a leer todos los libros de un escritor y su corriente literaria para poder comentar uno solo de ellos, conociendo así el verdadero valor de la obra? Por razones obvias, en gran parte de los medios de comunicación no habrán leído ni el libro que están comentando, pero ésa es otra historia.

En fin: que el título de esta entrada parte de un prejuicio (éste me parece de los malos) con el cómic en general y el de superhéroes en particular. Ese prejuicio que hace que tanta gente ya se refiera a ellos como 'novela gráfica'. Imaginaos que el cine estuviese tan minusvalorado que a las películas se les llamase 'música escenificada', o 'novela interpretada'. Como el medio ha sido despreciado históricamente, le colocamos al lado la referencia a un arte entendido como superior. 

Alguien dirá: pero es que es un prejuicio inevitable porque la mayoría de cómics, sobre todo los de superhéroes, son ligeros, genéricos y no presentan grandes intenciones. Pero paremos un momento. ¿Eso no ocurre en la música, el cine, la literatura, la pintura? 

Así que por todo ello, en vez de incluir la palabra Batman en el título, he añadido esta reflexión. Sí, esta es una obra de Batman, y no la única notable de ellas. El relativo 'realismo' de este superhéroe respecto a los demás, así como su pasado traumático y el valor de alguno de sus villanos lo ha asociado a obras de mayor calidad que las de otros superhéroes ilustres (bueno, quizás este sea otro prejuicio). Alan Moore plasma aquí su estilo en una obra pequeña y redonda, con las mismas páginas que un cómic de Mortadelo



Algo irónico de La broma asesina es que sea basta y grotesca en determinadas escenas, pero tan sutil en sus virtudes que puede que no las aprecie quien lea rápido. No es un cómic de superhéroes que trascienda las normas del género, es que se ríe de ellas. En las primeras páginas, sin un solo diálogo, ya se ha transmitido la enorme diferencia jerárquica propia de una historia de este palo, donde lo solucionan todo los de siempre en una gran urbe con multitud de policías.

James Gordon utiliza a un policía como basura humana, entregándole su café sin terminar (está tan estresado que ya no es que tome café, es que ni le da tiempo a terminarlo); y el otro guarda se encarga de abrir puertas de forma sumisa. A su vez, Gordon es un burdo compinche, que sigue a Batman allá donde va y (a diferencia del murciélago) tiene miedo: con qué temor vigila a Harvey Dent/ Dos Caras. 

Desde la presentación del Joker, se juega a que este payaso diabólico y murciélago humano son lo mismo, dos caras de una misma moneda. 'Plano de manos de Joker y Batman en la oscuridad' da paso a 'plano las manos de Batman y el Joker en la oscuridad'. No son un héroe y un villano, sino dos pirados que juegan una partida que no terminará nunca. Y Batman no quiere mancharse las manos, pero ya lo ha hecho. 

Y dice la hija de Gordon, cuando se entera de la noticia de que el payaso asesino salió de la cárcel: "Odio esto. Cada vez que le encerramos, pienso: por favor, dios, mantenle ahí dentro. Luego escapa y todos nos quedamos de brazos cruzados, esperando que esta vez no haga nada demasiado atroz. Lo odio". El titular de periódico es: "Escándalo en el psiquiátrico. Un maníaco escapa otra vez"

Este es un cómic subversivo, que a un tiempo aprovecha y se burla de la tradición de la que parte. Porque, en las sucesivas entregas del Universo Batman, ¿cuántas veces habrá capturado al Joker? ¿Y cuántas veces habrá escapado? ¿No es ridículo? Pues claro. Y Batman le habla al Joker preocupado de que uno de los dos morirá. ¿Por qué lo dice? Porque es lo lógico. Pero nunca va a pasar.

Y lo peor/ mejor de todo es cómo se muestra que Batman creó al Joker. Pongámonos platónicos:  existía en el Mundo de las Ideas una pacífica, aunque algo tétrica, ciudad llamada Gotham. Pero luego a Bob Kane se le ocurrió que apareciese en escena un vengador enmascarado. Y como tenía un justiciero, necesitó crear la injusticia. 

Los héroes no tienen sentido sin situaciones que les permitan desarrollar su valía. ¿Os imagináis cómics de superhéroes con nuestro protagonista tomando tranquilamente una bolsa de anacardos? Batman, Superman o Spiderman son algo así como inconscientes que abrieron una caja de serpientes y demonios. Por culpa de la existencia de Batman existen el Joker, el Pinguino, Enigma. 

En "La broma asesina" unos policías van a matar al hombre que después fue Joker (la que nos habríamos ahorrado), y Batman lo impide. Además,el contacto con el justiciero "crea" al villano, cuando aquel padre de familia se precipita sobre un río lleno de compuestos químicos. El Joker existe por culpa de Batman. Es ridículo (bueno, en este cómic es ridículo hasta el mismo Batmóvil) que por alguna razón uno nunca mate al otro (impagable la pistola de onomatopeyas), y sí, al final todo es un chiste. 

Otra alusión necesaria: la forma increíble de comenzar, utilizar y terminar los flashbacks. Cómo el Joker se vuelve loco, y encima dice: "no es que yo esté loco, es que la vida es muy jodida, tan jodida que los que están locos son los que no están locos". Desde luego, todo son puntos de vista. Habrá quien diga que éste no es un grandísimo cómic.


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