lunes, 20 de noviembre de 2017

Cuando los Pixies tocaron el cielo con Doolitle


Disco
Grupo: Pixies
Título: Doolitle

Año: 1989
Duración: 38 minutos
Estilo: Rock independiente, noise- rock

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Los Pixies son originales. Esta sentencia es para mí casi tan innegable como una función matemática. Da lo mismo el tiempo que pase por Doolitle, la cantidad de grupos posteriores que surjan intentando imitarlo: siempre sonará revolucionario para los oyentes que vienen.

Pero éso no es lo mejor de todo, sino que parezca también nuevo al oído viejo. Independientemente de las veces que lo escuches, se mantiene como aquel disco raro como un perro verde, y uno distinto cada vez, siempre lleno de susurros y alaridos.

Te escupe. Porque Doolitle no es un lugar cómodo para vivir, más bien un campo de batalla de la Segunda Guerra Mundial, alambrado y siniestro. Algo esconderá, algo que hace necesario volver, para rebotar fuera de nuevo, tan rápido (aunque lo recorras entero, dura 38 minutos escasos), y saltar otra vez dentro, sin saber muy bien cómo ni por qué, atraídos por magnetismos que no conocemos.

 Es un lugar, repito, incómodo, sopla el viento y caras amables se convierten en fauces llenas de ira entre soplido y soplido. Pero retornas, como a una patria querida. Debaser está a medio camino entre sonar irónica y trascendente, en ese término medio que los Pixies tanto practicaron y convirtieron en una fiesta.




Son expertos en construir canciones de rock alienígena utilizando los mismos instrumentos que cualquier otra banda, pero argumentos bien distintos, desbordándolos de imaginación. Ese bajo gruesísimo de Kim Deal, la batería a cargo de David Lovering, las imaginativas guitarras propuestas por Joey Santiago (principal) y Black Francis (rítmica).

Y los coros, porque todos los miembros prestan su voz en una u otra canción; lo cual alcanza su máxima expresión acompañando las respiraciones de bestia moribunda en "Tame", o el tono bromista de "La La Love You".

"Here Comes Your Man" parece ser una canción compuesta por Francis en su infancia, aprovechada para la ocasión. Desde luego escucharla lo confirma de alguna manera. Una simple e inocente (al menos dejando de lado la letra) canción de pop. 
Lo que nos lleva desde el minuto 1: 45 en adelante es ya historia pura de la música popular. Una pequeña demostración de lo que pueden llegar a hacer un puñado de jóvenes con talento y sin sentido del ridículo. 




De hecho, este disco, en comparación con aquel difícil Surfer Rosa, destaca por cómo enlaza las temas más experimentales e incluso, podríamos decir, "incompletos", con pasajes para todos los públicos, siendo más asequible (gracias también a la brevedad) pese a no prescindir de elementos como son el grito, su Spanglish inventado, los cambios de tuerca repentinos o el simple caos. 

Dead es un claro ejemplo al respecto: un poco de masoquismo sonoro, culminado por aquel riff adictivo como el que más, en forma de compensación. Las geniales "Crackity Jones" y "La La Love You" vuelven a incidir en el salvajismo y lo infantil, lo surreal.

Cada año, alguien da por muerto al rock. Ellos, cuando tocó su turno, lo convirtieron en lo que siempre fue: un juego único y precioso. De paso, también demostraron la capacidad expresiva del ruido dentro de este género; pues grupos como éste, Sonic Youth o The Jesus and Mary Chain poco o nada tienen que ver.

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Debaser: 9,5
Tame: 9,2
Wave of Mutilation: 9
I Bleed: 8,8
Here Comes Your Man: 9,5

Dead: 8,9
Monkey Gone To Heaven: 9
Mr. Grieves: 8,7
Crackity Jones: 9
La La Love You: 9,3

No 13 Baby: 9,1
There Goes My Gun: 8
Hey: 9,1
Silver: 8,5

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