lunes, 10 de julio de 2017

Gone Home: ahora es un videojuego hasta pasear por casa


Videojuego
Gone Home
FullBright Company
Precio: 19,99
Año: 2013

Duración: Variable, en torno a las dos horas
Idioma: El juego está solo en inglés, pero sus usuarios han desarrollado
 un parche para jugarlo en español
Plataformas: PC, PS4, Xbox One


Las disciplinas del arte no son compartimentos estancos ni estructuras predefinidas, así que más pronto que tarde se mezclan unas con las otras y mutan hasta que apenas podamos definirlas. Gone Home no trata de matar zombis nazis, ni goleas al Báyern, olvídate de ganar carreras de F1. Tienes que conformarte con dar un paseo por los pasillos y habitaciones de una mansión estúpidamente grande, sí... ¿cuántos baños necesita esta gente?

Durante algo más de dos horas, eres Katie, la hija mayor de una familia de Portland, vuelves a casa tras un largo periplo por Europa, y te la encuentras vacía. De personas, quiero decir, porque está repleta de discos, libros, películas, cuadros, televisiones, radiocasetes y demás artilugios. Así que exploras el interior de la mansión intentando averiguar qué ha pasado. Debo aclarar que el juego está ambientado en mediados de los 90, así que olvídate de mandar un WhatsApp. 

Se supone que éste es un videojuego experimental que cuenta la historia de sus personajes a partir de los objetos que les pertenecen y el lugar en el que viven, así se le ha alabado y como idea es brillante. Pero me parece algo inexacta y pretenciosa esta definición, puesto que exceptuando algún ejemplo concreto, la mayor parte de información que recoges parte de notas, diarios, facturas, cartas, dibujos, folios y pósters. Es decir, que estamos en una simple narración fragmentada, lo cual sigue siendo innovador pero ya no tanto, y significa que no se han aprovechado al cien por cien las capacidades de este medio. 

Las primeras transmisiones de TV eran más bien radio grabada con una cámara, y las primeras páginas de periódico en Internet, PDF´s; por lo que no es extraño que en Gone Home, como intento de explorar las capacidades expresivas del videojuego, aparezcan grandes deudas al cine y la literatura. 

En cierto sentido, más que un juego, es una novela fragmentada estilo Rayuela pero con dibujos, en la que tú tienes que hacer el esfuerzo de encontrar los trozos, algo que puede hacerse más o menos pesado según la persona que esté al otro lado de la pantalla. 

En general, no nos enteramos de gran cosa por lo que vemos (aunque la recreación sí que esté muy lograda), sino por lo que leemos, así que me parece ilusorio hablar de una revolución jugable. No son mecánicas que funcionen del todo bien aquí, ni parece que vayan a adecuarse a muchos más juegos que éste. Acabarás harto de buscar interruptores de la luz en cada habitación, en el sótano, el trastero. La historia central es buena (no, buenísima) pero tampoco hay mucho más a lo que aferrarse. 


Tráiler del juego

Es una sensación agridulce cuando uno contempla una obra y piensa que sería mejor en otro formato. The Stanley Parable That Dragon, cancer sólo podían haber sido videojuegos, pero Going Home, rehecho como película o novela, no perdería demasiado por el camino. 

También hay aspectos positivos, muy positivos. El reflejo de la escena musical independiente de los 90, (salen incluso Sonic YouthDinosaur Jr o Guided By Voices); alguna excepción que cumple la premisa que he puesto en negrita, por ejemplo cuando aparece un libro-guía para ayudar a los padres a comprender a sus hijos adolescentes; y sobre todo la cercanía. Probablemente nunca habrás sentido tan real y palpable la historia de un videojuego, a pesar de que no aparezca el cuerpo de ningún personaje en todo su recorrido. Es un gran mérito que debemos reconocer. 

De todos modos, vuelvo a las críticas, porque tengo un problema con la duración de este juego, en comparación con su precio. No es tanto que sea corto; sino que lo vivido no me ha parecido especialmente intenso, único ni rejugable. The Begginers`Guide dura dos horas, pero ocupa tu imaginación durante días. En cambio, después de jugar Gone Home, tras haberlo comprendido y disfrutado, se acabó tanto en mi ordenador como en mi mente.

Por cierto, una vez que ya conoces el recorrido, Going Home se puede "pasar" en menos de un minuto. No veo esto como un error sino una premonición y declaración de intenciones: llegará un punto en el que en los juegos no se trate de alcanzar un destino, sino de la experiencia que lo rodea. En línea recta, en un pestañeo llegas a los créditos, al igual que si abres un libro por la última página y simplemente lees. Pero lo que da sentido a esta partida no es alcanzar un punto, ni siquiera avanzar, más bien pararse (...) Abrir veinte cajones de ropa interior a ver si encuentras algo.


NOTA: 7,8


No hay comentarios:

Publicar un comentario